Calefacción solar

 Energía solar térmica

La energía solar también puede ser aprovechada para la calefacción de la casa. Al contrario que en el caso de la producción de agua caliente, el sistema no está optimizado para cubrir el 100% de la demanda energética a lo largo del año, por diversas consideraciones técnicas. Una es el peligro de sobrecalentamiento en verano; la otra es un criterio de eficiencia energética; no es eficiente optimizar una instalación para un periodo tan corto del año, y desperdiciar la energía el resto del tiempo.

Por este motivo, junto a la instalación solar se utiliza también un sistema de generación auxiliar, normalmente una caldera o una bomba de calor, que se encarga de elevar la temperatura hasta la temperatura deseada. A menudo se colocan placas de tubo de vacío en estas instalaciones, por su mayor eficiencia energética.

Suelo radiante

El suelo radiante es un sistema óptimo para trabajar junto con la energía solar. El suelo radiante consiste en unas tuberías que circulan bajo el suelo de la vivienda, y tiene múltiples ventajas frente al sistema convencional de radiadores. Las principales están relacionadas con el ahorro energético y con el confort que proporciona este sistema de calefacción.

  • Ahorro energético: viene dado por dos factores principales. Los radiadores son focos puntuales que emiten el calor hacia todo el volumen de la habitación. El suelo radiante cubre todo el suelo; al ser la superficie de emisión más elevada, no es necesario que se caliente tanto, con el consiguiente ahorro de combustible. Otro factor que favorece el ahorro de combustible es que el radiador debe calentar todo el volumen de la habitación para que el habitante note la calefacción. El suelo radiante sin embargo, al estar siempre en contacto con el usuario, no necesita calentar todo el volumen.
  • Las ventajas que proporcionan el confort también son dos. Uno se deriva precisamente de la localización de la calefacción. Al estar en el suelo, siempre nos encontramos cerca del foco de emisión de la calefacción. Además, el suelo radiante es invisible, al contrario que los radiadores, con lo cual tenemos completa libertad para colocar los muebles donde nos plazca, y sin correr el peligro de golpearnos contra esquinas.

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