Energías Renovables en Debate: Aerotermia, Gas Natural y la Realidad Económica

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En un mundo cada vez más centrado en la sostenibilidad y la eficiencia energética, muchas personas se enfrentan a la difícil decisión de elegir entre diferentes fuentes de calefacción. La aerotermia y el gas natural son dos opciones populares, pero cada una tiene sus ventajas y desventajas.

Comparación entre caldera de gas y sistema de aerotermia: eficiencia energética, costes y sostenibilidad

Debate: ¿Aerotermia o gas natural?

Aspecto Aerotermia Gas Natural
Ventajas 1. Ahorro energético significativo. 1. Inversión inicial baja.
  2. Energía renovable y menos emisiones de CO2. 2. Funcionamiento más estable y eficiente en cualquier clima.
  3. Mejora en eficiencia a largo plazo (en construcciones nuevas y bien aisladas). 3. Costes operativos más previsibles a corto plazo.
  4. Probable mejor adaptación a futuras regulaciones energéticas. 4. Ideal para renovaciones y viviendas ya construidas.
Desventajas 1. Inversión inicial alta. 1. Mayor consumo de energía en kWh.
  2. Requiere obras adicionales en viviendas antiguas. 2. Dependencia de un combustible fósil, que puede estar sujeto a regulaciones y aumentos de precio.
  3. Alto coste de amortización. 3. Menos sostenible ambientalmente.
  4. Depende del clima: menos eficiente en zonas frías.  

Conclusión personal:

Si estamos hablando de viviendas antiguas o pisos pequeños, el gas natural sigue siendo más conveniente tanto por los costes iniciales como por la facilidad de instalación y el confort. La aerotermia brilla más en construcciones nuevas, bien aisladas y donde el sistema de calefacción (como suelo radiante) puede optimizar su rendimiento.


Regulación futura y coste de la electricidad:

Actualmente, se promueve la transición hacia la electrificación de los sistemas energéticos, pero como bien señalas, la electricidad no es gratuita ni necesariamente 100% renovable.

    • Demanda de electricidad: Si todos los coches se vuelven eléctricos, junto con electrodomésticos y sistemas de calefacción, la demanda eléctrica aumentará drásticamente. Esto implica que, a medida que la demanda crezca, los precios de la electricidad también subirán. Ya estamos viendo señales de esto en muchos países.

    • Ejemplo de los coches diésel y gasolina: Es un paralelismo muy válido. En su momento, los coches diésel fueron promocionados como más eficientes y económicos, hasta que una gran parte de la población hizo el cambio. Luego, el precio del diésel subió, lo que redujo la ventaja económica. Algo similar podría ocurrir con la electricidad si su demanda sigue subiendo. ¡Es una paradoja interesante!

    • Fuentes de electricidad no renovables: Aunque se promocione la electricidad como la energía del futuro, en muchos países la mayor parte de la generación eléctrica sigue dependiendo de combustibles fósiles (como carbón, gas natural, o incluso plantas de ciclo combinado). Como bien señalas, algunos puntos de recarga de vehículos eléctricos funcionan con generadores diésel, lo cual es irónico y contradice la narrativa ecológica.


3. Energías renovables y dependencia de combustibles fósiles:

Aunque la aerotermia sea una tecnología renovable, si la electricidad que alimenta la aerotermia proviene de una red eléctrica que aún depende del carbón o gas natural, entonces no es tan ecológica como parece. Este es un problema que afecta la viabilidad de muchas tecnologías «limpias» que, en última instancia, dependen de la infraestructura energética de cada país.

Por otro lado, el gas natural, aunque no es renovable, es una de las fuentes fósiles menos contaminantes comparado con el carbón o el petróleo, y su eficiencia ha mejorado mucho con las calderas modernas de condensación.


4. Coste futuro del gas:

Es verdad que las regulaciones pueden empujar el precio del gas al alza, pero no debemos subestimar las posibles fluctuaciones en el mercado de la electricidad. Si la red eléctrica se ve sobrecargada por la demanda de aerotermia, coches eléctricos y más, es muy probable que los precios de la electricidad aumenten a niveles que igualen o incluso superen al gas natural en algunos escenarios. En este caso, el aerotermia vs gas natural puede verse afectado por estas dinámicas futuras del mercado.


5. El caso de los generadores de gasoil para recargar coches eléctricos:

Este es un punto bastante irónico, pero es más común de lo que parece en ciertos lugares. Las estaciones de carga, especialmente en zonas rurales o donde la infraestructura eléctrica no es lo suficientemente robusta, están recurriendo a generadores diésel para alimentar los puntos de recarga de vehículos eléctricos. Esto contradice por completo el propósito ecológico y demuestra que, en muchos casos, la transición hacia lo «verde» no es tan simple como se presenta.


Conclusión final:

    • Gas natural con calderas de condensación sigue siendo una opción extremadamente competitiva debido a su alta eficiencia, coste inicial bajo y estabilidad en el confort. Además, el futuro del precio de la electricidad es incierto, por lo que depender exclusivamente de una fuente energética como la electricidad podría tener riesgos económicos.

    • Aerotermia sigue siendo una opción excelente para nuevas construcciones bien aisladas y en zonas donde la electricidad sea más asequible o mayormente renovable. Pero, como indicas, aún debe abordarse con cuidado y teniendo en cuenta todos los factores, como los costes ocultos de la infraestructura.


Más Allá de la Publicidad: ¿Vale la Pena la Aerotermia?

Hablemos de esta perspectiva del futuro, porque el escenario de 2035, cuando se espera que muchas viviendas y sistemas de calefacción necesiten adaptarse, es un tema que causa mucha incertidumbre.

1. Reposición masiva de sistemas en 2035:

Estás apuntando algo que no se menciona con frecuencia en los planes de transición energética: la magnitud del cambio. En 2035, si seguimos las metas actuales, una gran parte de la infraestructura energética de viviendas deberá haberse adaptado a sistemas más sostenibles como la aerotermia, paneles solares, o sistemas que funcionen con electricidad renovable. Pero ¿cuántas viviendas estamos hablando? En España, por ejemplo, hay millones de viviendas que aún dependen del gas natural o incluso calderas de gasoil en zonas rurales.

El problema es que cambiar estas instalaciones no es algo fácil ni barato. Muchas viviendas, especialmente aquellas en edificios antiguos, no tienen la infraestructura ni el espacio adecuado para sistemas como la aerotermia. Además, realizar esas modificaciones de forma masiva en un plazo corto de tiempo sería un proceso extremadamente costoso y complicado, tanto a nivel técnico como económico.

2. Inviabilidad técnica en muchas viviendas:

Como bien mencionas, el espacio es un problema importante. En muchos edificios y viviendas pequeñas, simplemente no hay sitio para instalar las unidades exteriores de aerotermia, ni mucho menos para realizar las modificaciones de tuberías, radiadores y cableado que se requieren. Por ejemplo:

    • Edificios de pisos pequeños: En estas viviendas, cambiar a aerotermia implicaría grandes obras, incluyendo modificaciones en la estructura y distribución del sistema de calefacción. Muchos no tendrían espacio suficiente para las unidades exteriores o para instalar suelos radiantes, que son clave para maximizar la eficiencia de la aerotermia.

    • Antigüedad de las viviendas: Muchas de las viviendas en Europa, y especialmente en países como España, son antiguas y no están preparadas para la tecnología que se exige hoy. Cambiar la infraestructura de calefacción implica no solo instalar nuevos equipos, sino también renovar todo el sistema, lo cual puede ser extremadamente costoso.

3. Coste económico desproporcionado:

El coste para realizar la transición en masa a tecnologías como la aerotermia es enorme. Si estamos hablando de millones de viviendas, la inversión global sería astronómica. A esto se suman los costes indirectos, como las obras adicionales en viviendas, el aumento de la potencia contratada en electricidad, y la posible necesidad de reforzar la infraestructura eléctrica a nivel nacional.

Para muchas familias, especialmente en zonas de bajos ingresos, simplemente no sería asequible hacer este cambio, ni siquiera con ayudas o subvenciones.

4. Impacto en la red eléctrica:

Otro tema clave es cómo una transición masiva a sistemas eléctricos como la aerotermia afectará a la red eléctrica. Si todas las viviendas dependen de la electricidad para calefacción, la demanda se dispararía, lo que requeriría una gran inversión en la infraestructura eléctrica. La red actual, en muchos casos, no está preparada para manejar un aumento tan grande en la demanda energética.

Como mencionabas antes, si el coche eléctrico, los sistemas de calefacción eléctricos y otros electrodomésticos aumentan su demanda de forma simultánea, es muy probable que los precios de la electricidad se disparen. Es decir, en lugar de ahorrar, muchas familias podrían ver cómo su factura eléctrica se vuelve mucho más cara que la del gas natural, especialmente si las fuentes renovables no logran cubrir toda esa demanda.

5. Comparación con otras transiciones energéticas:

El ejemplo que diste de los vehículos diésel es perfecto para entender el escenario que se podría dar. Cuando la mayor parte de los coches en Europa eran diésel, el precio del combustible subió porque la demanda aumentó. Algo similar podría ocurrir con la electricidad: si la mayoría de las viviendas dependen de ella para calefacción y otros usos, el precio podría subir a niveles insostenibles.

Además, es un hecho que la electricidad no siempre proviene de fuentes renovables. A día de hoy, gran parte de la generación eléctrica sigue dependiendo de combustibles fósiles, por lo que no sería un salto «limpio» y ecológico al 100%.

6. ¿Es viable la transición en masa para 2035?

Desde mi punto de vista, no parece viable una transición masiva hacia la aerotermia o sistemas 100% eléctricos para 2035. Esto es por varias razones:

    • Coste elevado de instalación y obras en millones de viviendas.

    • Incompatibilidad técnica de muchas viviendas con los requisitos de la aerotermia.

    • Impacto en la red eléctrica, que necesitaría grandes inversiones y tiempo para adaptarse.

    • Aumento previsible en el coste de la electricidad debido a la alta demanda, lo que podría anular los ahorros iniciales prometidos.

¿Qué alternativas podríamos ver?:

Es probable que para 2035, veamos alternativas mixtas o híbridas que combinen gas natural y energías renovables. Por ejemplo, la combinación de calderas de condensación de gas con paneles solares térmicos o sistemas que utilicen hidrógeno podría ser una solución más viable que un cambio total a la electricidad.

Conclusión:

El escenario de 2035 es ambicioso, pero como menciono, puede ser inviable si no se considera el coste, la infraestructura actual y las necesidades de millones de viviendas que no están preparadas para tecnologías como la aerotermia. Lo que parece más probable es que se busquen soluciones mixtas, donde el gas natural siga jugando un papel clave, pero combinado con energías renovables para reducir la dependencia de los combustibles fósiles.


Coste total de la adaptación para la instalación de aerotermia

Aquí desglosamos algunos aspectos cruciales que explican por qué la transición a aerotermia puede ser mucho más costosa de lo que inicialmente se proyecta.

1. Costes de la maquinaria vs. adaptación total:

Cuando se habla de los 12,000 euros para la instalación de aerotermia, es fácil caer en la trampa de pensar que ese es el único gasto involucrado. Sin embargo, este importe se refiere solo a la máquina y la instalación inicial. No se consideran los costes adicionales que pueden surgir de adaptar toda la infraestructura de la vivienda.

  • Radiadores más grandes: La aerotermia generalmente requiere un sistema de calefacción por suelo radiante o radiadores de mayor tamaño para funcionar de manera eficiente. Estos radiadores deben ser capaces de manejar las bajas temperaturas de agua que utilizan los sistemas de aerotermia, a diferencia de las calderas de gas que suelen operar a temperaturas más altas. Esto implica reemplazar o modificar los radiadores existentes, lo que puede sumar varios miles de euros más al coste total.

  • Adaptación de tuberías: Como mencionas, las secciones de las tuberías no son las mismas. Las tuberías que alimentan los radiadores o el sistema de calefacción por suelo radiante necesitarán ser sustituidas o ampliadas para asegurar un flujo de agua eficiente y efectivo. Esto puede significar una reforma significativa en muchas viviendas, aumentando el coste final de la instalación.


2. Reformas estructurales necesarias:

Para muchas viviendas, el cambio a aerotermia puede requerir reformas más amplias:

  • Revisiones estructurales: Algunas casas pueden necesitar una revisión de su estructura para garantizar que puede soportar el nuevo sistema de calefacción y la instalación de la máquina exterior. Esto podría incluir reforzar techos, paredes o incluso realizar cambios en la distribución del espacio.

  • Aislamiento: Para que la aerotermia sea realmente efectiva, muchas viviendas pueden requerir mejoras en el aislamiento. Sin un buen aislamiento, el sistema no será capaz de ofrecer el confort deseado y la eficiencia prometida, lo que a su vez aumentará los costes de energía a largo plazo.

  • Licencias y permisos: En muchas comunidades, cualquier reforma que afecte a la calefacción o el sistema eléctrico de una vivienda requiere permisos y licencias, lo que puede suponer un coste adicional y un tiempo de espera considerable.


3. ¿Obligación de reforma completa?

Es razonable preguntarse si se obligará a realizar una reforma completa. La tendencia hacia una normativa más estricta en cuanto a la eficiencia energética sugiere que se podrían establecer regulaciones que obliguen a los propietarios a cumplir con ciertos estándares de eficiencia energética en sus hogares.

  • Normativas futuras: Ya hay países que están imponiendo normativas más estrictas para la eficiencia energética en edificios nuevos y en reformas. Esto podría significar que, al instalar aerotermia, los propietarios tendrán que hacer más que simplemente reemplazar la caldera; tendrán que realizar reformas significativas en toda la vivienda para cumplir con las nuevas normativas.

4. Coste total de la instalación de aerotermia:

Por lo tanto, al sumar todos estos costes, es fácil que el gasto total por vivienda al cambiar a aerotermia se dispare, superando con creces los 12,000 euros iniciales que mencionaste. Esto podría dar lugar a cifras de 20,000 euros o más, dependiendo del estado actual de la vivienda y de las necesidades específicas de adaptación.

Esto es crucial para tener en cuenta en cualquier discusión sobre la transición energética. Es posible que, si bien la aerotermia pueda ofrecer beneficios en términos de eficiencia y reducción de emisiones a largo plazo, el coste inicial y el esfuerzo de adaptación puedan ser prohibitivos para muchos propietarios.


5. Alternativas a considerar:

En vista de todos estos factores, muchas familias pueden optar por alternativas más accesibles o mixtas, como:

  • Calderas de gas de condensación, que son más baratas de instalar y requieren menos modificaciones en la infraestructura existente.
  • Sistemas de calefacción híbridos, que combinan gas natural y energías renovables, como paneles solares térmicos.
  • Mejoras en el aislamiento de la vivienda antes de realizar cambios en el sistema de calefacción, para maximizar la eficiencia de cualquier sistema que decidan instalar.

Conclusión:

La transición hacia sistemas de calefacción más sostenibles es un objetivo deseable y necesario, pero la implementación de la aerotermia puede ser mucho más compleja y costosa de lo que inicialmente parece. Esto hace que, para muchos hogares, la opción de aerotermia sea difícil de implementar, lo que requiere una reflexión más profunda sobre las políticas energéticas y las inversiones necesarias para hacer que estos cambios sean viables.

¿Cómo ves la posibilidad de un cambio hacia alternativas más accesibles y sostenibles en lugar de una transición abrupta a sistemas eléctricos?

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